jueves, 19 de agosto de 2010

Teatro del siglo XX: antiteatro de Pirandello y ritualismo de Genet


Teatro del siglo XX: antiteatro y ritualismo

Dos tendencias aparecen en el siglo XX, las cuales marcan todo el desarrollo posterior y las nuevas formas de teatralidad: el llamado antiteatro y el ritualismo. Sus dos representantes principales son respectivamente Luigi Pirandello y Jean Genet. Precisamente en la búsqueda de formas de rechazo del teatro burgués y convencional, tratando de destruir lo que se había llamado hasta entonces “teatro”, encuentran formas esenciales de teatralidad.

El antiteatro: Pirandello

Luigi Pirandello es considerado el primer autor del llamado antiteatro. Tratándose de un teatro en principio psicológico, o psico-filosófico, la psicología plasmada en sus obras es inquietante, al poner en duda la identidad del sujeto y hasta la misma idea de teatro. Durante veinticinco años se dedicó a la enseñanza y a escribir narrativa sin grandes éxitos. La novela “El difunto Matías Pascal”, sobre un hombre que se finge muerto para ser libre y termina autodestruyéndose, es su primera novela que alcanzó cierta notoriedad. Sin embargo, cuando trasladó los argumentos de sus novelas y relatos al teatro, alcanzó un clamoroso éxito. Su primera obra fue “Así es (si así os parece)”, cuyo argumento dirime el problema de la verdadera identidad de una mujer. Su consagración definitiva vino con “Seis personajes en busca de autor”, en 1921. El argumento de esta obra trata de un drama que el autor no desea escribir sobre el fatal descubrimiento de un padre por su hija en una casa de citas; los personajes, que no consiguen que el autor lo escriba, acuden a un director de escena para que les permita representarlo, revivirlo en realidad, ante el público.

Pirandello nació en Agrigento (Sicilia) en 1867. Era hijo de un rico propietario de minas. Completó sus estudios en Bonn (Alemania), donde se doctoró en Filosofía. Casado muy joven con la hija de un socio de su padre, le ocurrieron desgraciados sucesos a partir de entonces: la ruina de las familias y la locura de su esposa, que nunca volvió a reponerse. Como se ha dicho, hasta 1921 no se consagró definitivamente al teatro. A sus cuatro grandes obras iniciales, “Así es, si así os parece” (1916), “Seis personajes en busca de autor” (1921), “Enrique IV” (1922) y “Esta noche se improvisa” (1930), siguió un período de teatro siciliano, de no tanto valor como las primeras.

Su estilo y sus temas dramáticos levantaron violentas reacciones en principio, mientras que su celebridad iba en aumento. En 1934 le concedieron el premio Nobel de Literatura. Murió en 1936. Sus obras han quedado en la cultura occidental como una reflexión trágica y desesperada sobre la conciencia, sobre las falsas e insensibles relaciones humanas, en un continuo juego de máscaras. Ejerció influencia posterior sobre todo el teatro moderno, a partir de sus cuatro grandes piezas iniciales, que influye tanto en la distanciación de Brecht como en los juegos especulares de Jean Genet, en el teatro del absurdo y en la acción a diferentes niveles de Peter Weiss en “Marat-Sade”.

El ritual: Genet



Jean Genet (de pie, el quinto de izqda. a dcha)

Jean Genet nació en Paris. Se crió en un orfanato, hasta que fue acogido por una familia campesina. Todo fue bien hasta que fue sorprendido en un robo, lo que hizo que lo internaran en un reformatorio. Sartre, que escribió su biografía, atribuye a este rechazo social su posterior vida de delincuencia y su marginación social. Llevó hasta el estreno de su primera obra teatral una vida errante, entregada a la delincuencia. Precisamente en la cárcel comenzó a escribir poemas, novelas y obras de teatro. En 1947 estrenó “Las criadas”, que causó un gran escándalo, y en 1949 “Alta vigilancia”, sobre tres prisioneros, uno de ellos condenado a muerte, en su celda. “El balcón” fue estrenada en Londres en 1957, pero la censura le impidió estrenarla en Francia hasta 1969, con una puesta en escena de Peter Brook. Su definitiva consagración vino con “Las Negras”, en 1959. “Los biombos”, obra sobre la guerra de Argelia, antimilitarista y anticolonialista, provocó escandalosas manifestaciones de la extrema derecha. A partir de entonces se dedicó a la militancia política, luchando a favor de los argelinos y palestinos. Murió en París en 1986 y está enterrado en el cementerio español de Larache.

Jean Genet representa el ejemplo más estricto de teatro antirrealista. Es destacable su complacencia en invertir los valores sociales. Toma de Pirandello los temas acerca de la relatividad de la verdad y el intercambio de papeles. Los espejos desempeñan un importante papel en sus obras; los reflejos se confunden con la realidad hasta no poder distinguir una cosa de la otra. Sus piezas, al tener un argumento claro, podrían considerarse en este sentido dentro de la tradición narrativa, pero su mensaje es concreto, referido a cuestiones sociales, políticas y sexuales; lo que lo hace diferente es su punto de vista sobre la realidad, pues es opuesto a lo que se considera aceptable en la sociedad. Plantea siempre un comportamiento antisocial y racionaliza la perversión y la maldad. Su experiencia dramática descarnada se presenta como una ceremonia ritual. Siempre se trata de un teatro provocador y escandaloso, por sus temas y por su lenguaje, que, por otra parte, alcanza un lirismo espléndido. Rigurosamente antirrealista presenta a los seres como fantasmas, como ilusiones y visiones aparienciales. Su intento es hacer aparecer los signos del orden social invertidos. Él mismo declara que desearía hacer de su teatro un ritual de misa negra, aunque no lo considera posbile.

“No se puede más que soñar con un arte que sería un enmarañamiento profundo de los símbolos activos capaces de hablar al público un lenguaje donde nada se diría, pero todo se presentirá. Nada se puede esperar de un oficio que se ejerce con tan poca gravedad y recogimiento”.

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